La primera y la última cosa requerida del genio es el amor a la verdad”
Goethe 1749 - 1832
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“Incluso si no es un genio, usted puede usar las mismas estrategias que Aristóteles y Einstein utilizaron para controlar el poder creativo de su mente y manejar mejor su futuro”.
Las siguientes ocho estrategias le exhortan a pensar productivamente, antes que “reproductivamente”, como método de resolución de problemas.
“A lo largo de la historia, éstas han sido las estrategias comunes a los estilos de pensamiento de los genios creativos en las ciencias, el arte y la industria”.
Leonardo da Vinci pensaba que para descubrir la estructura de un problema, se tenía que comenzar por aprender a reestructurarlo de muchos modos diferentes. Creía que el primer modo en que contemplaba un problema era muy parcial. A menudo, el problema mismo se acaba reconstruyendo y se convierte en uno nuevo.
Visualizaba soluciones y creía que las palabras y los números, en cuanto tales, no jugaban un rol significativo en su proceso de pensamiento .
Thomas Edison registró 1.093 patentes. Para garantizar una gran productividad, estableció cupos de ideas para sí y para sus ayudantes.. En un estudio de 2.036 científicos a través de la historia, Dean Keith Simonton de la Universidad de California, en Davis, halló que la mayoría de los más respetados científicos habían producido no sólo grandes obras, sino también muchas “malas” obras. No le temían al fracaso ni a producir obras mediocres para llegar a la excelencia.
Las leyes de la herencia sobre las cuales está basada la moderna ciencia de la genética, son obra del monje austriaco Gregorio Mendel, quien combinó las matemáticas y la biología para crear una nueva ciencia.
Da Vinci relacionó el sonido de una campana con una piedra cayendo
al agua. Esto le permitió establecer “la conexión” de que el sonido
viaja a través de ondas.
Samuel Morse inventó las estaciones de relevo para las señales
telegráficas cuando observó los puestos de relevo para los
caballos.
El físico Niels Bohr creyó que, si uno mantiene los opuestos juntos, y luego suspende el pensamiento, nuestra mente se traslada a un nuevo nivel del conocimiento. Esto le permitió imaginar la luz a la vez como partícula y como onda, llevándolo a su concepción del Principio de Complementariedad. Suspender el pensamiento (lógico) puede permitir a su mente crear un nuevo concepto.
Aristóteles consideró que la metáfora era una manifestación de la genialidad y creyó que el individuo que poseía la capacidad de percibir parecidos entre dos áreas separadas de la realidad y relacionarlas conjuntamente, era una persona dotada de un talento peculiar.
Toda vez que intentamos hacer algo y fallamos, terminamos haciendo algo más. Éste es el primer “principio del accidente creativo”. El fracaso puede ser productivo siempre que no lo consideremos como un resultado improductivo. En lugar de ello: analice el proceso, sus partes y cómo puede cambiarlas para alcanzar otros resultados. No se pregunte “¿Por qué he fallado?” sino, más bien “¿Qué he hecho?”.