El desarrollo de una mejor gestión del tiempo es un recorrido
que puede comenzar con la ayuda de esta guía, pero para ello
se requerirá práctica y seguir instrucciones que nos guiarán por
el camino.
Uno de los objetivos es adquirir consciencia de cómo empleamos
nuestro tiempo.
Como recurso para organizar, priorizar y tener
éxito en los estudios, en un contexto de actividades incompatibles:
con los amigos, el trabajo, la familia, etc.
Asignar bloques de
tiempo para el estudio Como, por ejemplo, de unos 50 minutos
cada uno. ¿Cuánto tiempo transcurre hasta
que empiezas a perder la concentración?
Hay estudiantes que, por diversas
razones, necesitan descansar más a
menudo. Los temas más difíciles
también pueden requerir que se pare con
más frecuencia
Planificar repasos
y actualizaciones semanales
Priorizar las tareas Cuando se estudia, acostumbrarse a empezar con los temas
o las tareas más difíciles
Disponer de lugares alternativos para
el estudio libres de distracciones Para concentrarse al máximo
¿Dispones de algún “tiempo muerto”? Pensar en usar el tiempo que se utiliza en caminar, desplazamientos
en automóvil, etc. para estudiar “pequeñas lecciones”
Repasar la materia antes de ir a clase
Repasar la materia inmediatamente después
de clase (el olvido es mayor dentro de las 24 horas sin repaso)
Asignar tiempo para las ocasiones especiales Trabajos, ponencias, exámenes, etc.
Desarrolla diferentes criterios para adaptar
tu planificación horaria
tanto a los compromisos académicos como a los no académicos
Herramientas efectivas:
Hazuna lista de “las cosas a hacer” Apunta en ella las cosas que tienes que hacer, luego decide
qué hacer en el momento, qué programar para más tarde, qué dejar
para que lo haga otra persona y qué dejar para más tarde.
Planificación horaria diaria/semanal Apunta las citas, clases y reuniones en una agenda, cuaderno
o calendario. Si eres una persona más bien visual (que piensa
con imágenes), elabora tu propio calendario. Todas la
mañanas, comprueba lo que hay que hacer ese día. Ve siempre
a dormir sabiendo que estás preparado para el día siguiente
Planificación a largo plazo Usa un calendario mensual de modo que siempre puedas hacer
planes por adelantado. Los planes a largo plazo también sirven
como recordatorio de que hay que reservar tiempo
para uno mismo de una forma constructiva.