Ser inteligente es
tener memoria, tener la mente abierta, activa y en constante búsqueda de la experiencia.
Leopold Stein
1810 - 82, rabino alemán |
El aprendizaje activo es un aprendizaje consciente,
activo y basado en la experiencia.
El aprendizaje activo consiste en la utilización de un conjunto de métodos experimentales más eficaces e interesantes. Con el aprendizaje activo los estudiantes asumen una mayor responsabilidad sobre su propia educación. Ello resulta especialmente importante en un entorno de enseñanza a distancia, en que es probable que ni el profesor ni los alumnos se conozcan entre sí.
Para comenzar: definir el contenido (qué vamos a estudiar) y establecer los objetivos (qué vamos a aprender). A continuación, buscar información. Luego, crear una lista de actividades que nos ayuden a aprender y a explicar lo aprendido. Puede ser que algunas de estas actividades no nos resulten interesantes; otras, quizás, se adapten mejor nuestro estilo de aprendizaje.
La escucha activa es una escucha intencional, que se concentra en el hablante, ya sea en una clase, en una conversación privada o en un grupo. Con la escucha activa, el oyente tendría que ser capaz de "reproducir" o de repetir lo dicho de una manera satisfactoria y usando sus propias palabras. Esto no significa que se esté de acuerdo con ello, sino que se ha entendido. Ver la guía correspondiente a la escucha activa.
Observar las imágenes, fotografías, gráficos y mapas (como por ejemplo, la pirámide de aprendizaje a continuación). Hay que tratar de entender el uso y la importancia de cada imagen y hacer uso de la palabras clave que nos vengan a la mente. Las ayudas verbales, como los títulos y los autores, y la señales visuales, tales como las líneas, los colores y la organización visual, ayudan a interpretar la información y a entenderla sin necesidad de palabras. A menudo, el contexto de la imagen es vital para su comprensión, como las ilustraciones de un libro de texto, los ejemplos en un catálogo y los gráficos de un análisis de estado financiero. Al igual que una pintura se puede entender mejor si sabemos en que época fue pintada o a qué movimiento artístico pertenece, etc.
Además de las presentaciones de Power Point, las aplicaciones multimedia y las películas tienen la ventaja de ofrecer lecturas ilustradas y contenidos lectivos en un nuevo formato más atractivo.
Las demostraciones prácticas y las salidas basadas en las experiencias de clase pueden procurar una experiencia compartida al estudiante individual.
También, en cuanto aprendiz, pueden ayudarle a presenciar cómo se ponen en práctica o se ejemplifican en la vida real los procesos y las situaciones objeto de estudio.
Recordar: ¡no hace falta una salida de clase para visitar los lugares que nos ayuden a entender lo que estamos estudiando! Se puede hacer una lista rápida de organizaciones, fábricas, etc. y enviar un correo electrónico o hacer una llamada para concertar una visita. Pero no hay que presentarse sin más y esperar que los profesionales dejen de hacer su trabajo para atendernos.
Pirámide de aprendizaje activo, adaptado de Edgar Dale (1946)
A medida que vayamos poniendo en práctica el aprendizaje "activo", el trabajo en grupo puede hacer la tarea más eficaz.
Dentro del grupo, en la medida que compartamos las responsabilidades de participación y de colaboración, podemos aprovechar las fortalezas de cada uno de los participantes y confiar los unos en los otros para lograr una buena conclusión del proyecto y un aprendizaje más efectivo.
Desarrollar, elaborar, practicar y dar discursos y presentaciones; realizar programas multimedia e interactivos, boletines, sitios de internet, bitácoras, etc.
Los pasos para el desarrollo de las anteriores incluyen:
Como práctica de aprendizaje, el proceso descrito anteriormente no es un proceso estático sino un proceso bastante dinámico.
Para seguir aprendiendo, hay que estar continuamente añadiendo información, aplícandola y reforzándola, no sólo en lo que respecta a los contenidos también en lo que respecta a los procesos utilizados.
En cuanto al proceso para convertir los contenidos en mensajes, hay que repasar lo que se sabe y buscar si hay algo más que se necesita entender, puesto que la comunicación consiste en el desarrollo de un mensaje para una audiencia específica.
Si en un proyecto de colaboración, se comparten las perspectivas y las respectivas habilidades, cada uno debería estar abierto a una retroalimentación personalizada en la que se incluya preguntar, escuchar y evaluar las respuestas.
Cuanto más se trabaje con el contenido de lo que se ha aprendido, mayor seguridad se tendrá para recordarlo.
Ejemplos de lo anterior son la realización de entrevistas, el desarrollo de una historia contada, los juegos de rol, las escenificaciones, debates en los que se presenten puntos de vista opuestos, estudios casuísticos, análisis de problemas, juegos y simulaciones, proyectos de investigación y simposios, modelos de desarrollo y sistemas de enseñanza para estudiantes en el se incluyan instrumentos de evaluación (preguntas para una prueba), discusiones sobre el fondo y sesiones de revisión. No hay mejor manera de aprender un idioma que la inmersión en el entorno que le es propio.
Escribir es comunicar o expresar lo aprendido, un método de evaluación de lo que se sabe, así como un ejercicio de aprendizaje activo. En parejas o en grupo, en línea o en persona, se puede leer y comentar sobre los que otros estudiantes publican o escriben y se puede responder y compartir información en un entorno de colaboración o incluso colaborar para la realización de ejercicios.
Hay que entender que la escritura es un proceso
antes que un simple ejercicio de redacción y edición.
El objetivo es el de refinar el valor del mensaje para la audiencia, y para eso ¡se necesita una audiencia!